Del arte al porno, ¿o no es lo mismo?
Bueno, pues en fotografía como en cualquier otro arte visual, ahí va la pregunta del millón. Vamos del sentido artístico del erotismo a la pornografía, y cuando llegamos a ella, parece ser que el asunto se vuelve burdo y soez, y la gente empieza a decir que eso ya no es arte, sino vicio y provocación. ¿Es lo uno, lo otro, o simplemente hay que buscar un término medio?
La fotografía erótica no tardó demasiado en surgir, una vez que las técnicas fotográficas se desarrollaron algo más, y también los dispositivos fueron algo más modernos y eficaces. Por supuesto, ni siquiera tenía calificativo en un principio, porque la sociedad no consentía que sus valores morales se transgredieran de esa forma, como tampoco lo había hecho con la pintura, ni lo haría con el cine un poco más adelante. La cuestión es que, en realidad, en esos primeros albores no había nada que diferenciara el erotismo de la pornografía, todo podía estar metido en el mismo saco, porque la mente de la sociedad en ese momento estaba tan encorsetada, que cualquier atisbo de seducción en una fotografía ya era un escándalo: lo mismo daba que salieras sin ropa a que mostraras un tobillo, el efecto casi era el mismo.
Por supuesto, ahora ya no existe para nada esa confusión. Sabemos muy bien a primera vista cuándo estamos antes una fotografía erótica, y cuando estamos viendo decididamente fotos porno. La percepción general es que la primera es arte, y la segunda una guarrada (¿captas la ironía?); y eso si hablamos del artista que las realizas. ¿Vamos a lo/as modelos? Pues ahí vamos a lo mismo: los primeros sólo están mostrando la belleza del cuerpo humano, los segundos teniendo sexo explícito para que el que lo vea se excite, tan simple como eso. Bueno, así en general no podemos ir muy equivocados, al fin y al cabo las webs porno y de contenido adulto están hartos de jugar con estas definiciones hechas a voz de pronto, y la verdad es que les va bien.
Si de algo vale mi opinión personal, creo que deberíamos irnos al concepto de pornografía, y separar su significado de su puesta en escena. Porque sí, amigos, ya sea en formato de foto o de cine, el porno es arte lo mires por donde lo mires, justamente si lo reducimos al ámbito visual. No todos los que se ponen detrás de una cámara son capaces de hacer buenas fotografías porno, ni todos los que se ponen delante son capaces de hacer excitarse al público de la misma manera con sus prácticas sexuales. Así que sí, hablando técnicamente, estamos antes una obra de arte (que no maestra, eso ya es otra cosa), y se necesitan aptitudes para realizarla, tanto delante como detrás del objetivo.
¿Y en cuanto a su finalidad? Bueno, pues la definición general es que el erotismo sirve para excitar nuestro cuerpo a través de la excitación de nuestra mente, y lo que muestra son imágenes o situaciones que pueden hacer que la líbido de las personas vaya alcanzando su punto álgido, más sobre lo que imagina o evoca que lo que ve; el porno, por el contrario, es algo que va directo al sentido de la vista y el oído, y eso justo es lo que excita nuestra mente, justo el proceso inverso. Sin embargo, tampoco esto es así de exacto. ¿Cómo entonces se explicaría que haya gente que se aburra mogollón con los videos porno, y sin embargo sea capaz de excitarse hasta el infinito cuando se encuentra ante un ambiente erótico? Lo que está claro es que generalizar no es bueno, y que en buena parte, el arte es muchas veces lo que cada uno es capaz de percibir.